Blogia
Rincón Olvidado

Va de propósitos

La gente, con esto de la cuesta de septiembre, anda pensando en sus propósitos para el nuevo curso. La verdad es que, nada hay más lejos de la realidad. Sinceramente, el que suscribe, ya habló de los propósitos en Navidad [Uno, Dos y Tres], cuando hay que hablar de esto. Y la verdad es que, podemos hacer balance de estos primeros ocho meses del año para caer sumidos en la más profunda depresión:

  1. Dejar de fumar: No sólo no he dejado de fumar sino que, durante el verano, con el alargamiento de los días, se ha producido un alargamiento del número de cigarrillos fumados. El propósito lógico sería no fumar... durmiendo.
  2. Salir a correr al menos 10 minutos al día y apuntarme a un gimnasio: Lo más parecido que he hecho a esto en todo el año ha sido subir y bajar los siete pisos que separan la calle de mi casa durante los tres meses en los que el ascensor estuvo en obras de mantenimiento.
  3. Ahorrar para apuntarme al Toc Toc: Lo de ahorrar es un decir, porque tal y como se han puesto las hipotecas y el Euribor (llevo unos días hablando de esto) pues la verdad es que lo mejor es compartir piso. Y a veces, ni eso, porque los planes se pueden truncar con un chantaje paternal...
  4. Encontrar al fin alguien con quien compartir mi vida (¡y mantener el amor!): Valiente estupidez la de este propósito. Más que un propósito, tal y como está el asunto, es un deseo. Pero claro, nadie dijo que esto no era el genio de la lámpara. Cada vez me doy cuenta un poco más de que lo mío en diciembre era ilusión, utopía y buenrrollismo. Claro, era navidad...
  5. Reducir el gasto de teléfono móvil: Mira tú, quién me iba a decir a mí en diciembre que iba a coger Orange y plantar promociones en medio del año para llamar casi-gratis a partir de las siete de la tarde. Creo que, gracias a eso, he conseguido reducir el gasto de mi teléfono móvil en... 2 euros.

La verdad es que hablar de esto ahora en septiembre, y más en los medios de comunicación, es porque no hay noticias. Sin más. Y es que, me ha dado por sacar este tema después de leer las páginas centrales del diario ADN (por cierto, con licencia Creative Commons) de hoy: "Este año sí"

Este año sí

Al redactor de turno le toca hablar de algunos propósitos, eso sí, 100% realistas a la hora de cumplirlos, y que creo que alguno de nosotros deberíamos apuntarnos antes de caer en la depresión porque no cumplimos nuestros propósitos. Toda una muestra de la sociedad de hoy que, si no cumple sus retos, rebaja sus exigencias. A saber:

  1. Modificar un poquito los menús de nuestras casas, aplicando salsas nuevas a la misma comida aburrida o, como sugiere el artículo, marinando las pechugas.
  2. Lavar a 30º en lugar de a 40º y bajar la calefacción y el aire acondicionado para ahorrar energía. Y, por qué no, bajar la factura de la luz. Ya hemos dicho que la del teléfono no la tocamos, que con lo que ahorremos de la de la luz, pagaremos lo que excedamos de ésta y la de la panadería.
  3. Ver películas en versión original para aprender idiomas. Y yo añado, escuchar Vaughan Radio por las noches, qué carajo.
  4. Saludar a los vecinos. Claro que esto es realmente interesado... No vaya a ser que luego le tengamos que pedir un favor... como mandar un SMS con cargo a su factura.
  5. Aprender a utilizar un nuevo programa de ordenador... como el Word, que ya lo tenemos olvidado, y es que hay vida más allá del MSN Messenger.
  6. Conseguir la variedad sexual. Es decir, variar lo típico y aburrido. Probar cosas nuevas. Eso sí, uno solo, que la vida no está para exigir más. ¡Juguetitos onanistas power!
  7. Renovar la música del iPod. La verdad es que de vez en cuando nunca viene mal pero, ¿a quién no le da pereza empezar a seleccionar archivos entre las mútiples subcarpetas de la carpeta Incoming del Escritorio? Casi es más fácil dejar de fumar... durmiendo.
  8. Mirar hoteles y viajes imposibles por Internet. Si, fantasear, vamos, para caer en la depresión.
  9. Arreglar un electrodoméstico, como la cámara de fotos, que lleva unos 10 meses metida en su caja porque le entró arena en una visita a la playa. Y mira que sólo voy a la playa un día al año...
  10. Llamar a ese amigo que dices que le vas a llamar pero nunca lo haces. Eso sí, pidiéndole el teléfono al vecino, que no estamos para pagar más en la factura de Orange.
  11. Engancharte a una serie nueva. ¿Para qué? ¿Para que a los dos meses al programador de turno le dé por desterrarla a Cuatrosfera a las cuatro de la madrugada? Para eso te la bajas de Internet y la ves cuando te dé la gana, delante del ordenador.
  12. Ceder un euro de tu sueldo para proyectos sociales. Ummm... ¿y si cobro de ellos?
  13. Comer productos locales. Dicen que es más caro el transporte y la contaminación que se produce sobre la atmósfera y el producto cuanto más lejos tenga el origen, pero ¿alguien ha encontrado borrajas de Singapur en el súper?
  14. Leer un clásico. Y dice que un libro escrito por un mileurista que compra en Carrefour vale lo mismo que un clásico. Si claro, 4,95, a ver si se creen aquí que uno compra libros del Reverte pudiéndolos comprar de la Etxeba, que además es más molona...
  15. Abandonar las bolsas de plástico. ¡Vuelve el capazo, chic@s! ¿A que no soy el único que, en el chino, cuando compra pilas, dice que no quiere la bolsa?

En fin, que con propósitos así... ¡no hay cuestas, ni de enero, ni de septiembre!

0 comentarios