Las doce pruebas
Había una película de Astérix, Las Doce Pruebas, en la que él y su amigo rellenito pasaban una dura prueba con la burocracia romana en busca de la fórmula A38, mediante la cual pasarían una de las pruebas con las que llegarían al Olimpo. Mi Olimpo hoy es el de conseguir la Diplomatura y las doce pruebas son las siguientes:
Hacer un trabajo de 75 folios en una semana.Presentar el trabajo y aguantar la mala cara de la profesora.Mirar la nota en la actas (entendiéndolas).Discutir la nota a la profesora.[ver referencia en el blog]Rehacer el trabajo a su gusto.[ver referencia en el blog]Entregar de nuevo el trabajo y aguantar la mala cara de la profesora.[ver referencia en el blog]Volver a entender las actas (corregidas).[ver referencia en el blog]Hacer cola en secretaría con todas las modificaciones de matrícula para solicitar el título.Hacer la cola en la iberCaja para pagar los 62,07 euros que cuesta.- Volver a hacer cola en secretaría con todas las modificaciones de matrícula para decir que lo has pagado.
- Esperar un año.
- Volver a hacer cola en secretaría en medio del proceso de matriculación para recoger el título.
Total, que de momento van 9 pruebas superadas, camino de la esquizofrenia, para conseguir un papelaco firmado por el Rey (que debe estar muy ocupado felicitando a su hijo por su nueva descendencia) y sellado por el Gobierno que diga que ya tengo una carrera y que tardan un año en hacer. Y es que la burocracia, señores, a veces es más difícil que superar las asignaturas de la innombrable.
PS: Irene, hoy había quedado contigo a las 10 en tu facultad y no había Irene. He estado una hora esperándote y no has aparecido. Al menos, sí que ha aparecido Salva (sí, ese Salva), y he estado un ratico babeando charrando con él...
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Diago -