Adiós Pineta
Tan rápido como el paso de la Zinca en su vertiginosa caída desde Marmorés, así se ha pasado el Campamento, en el que, aunque con otras perspectivas, haya pasado unos días interesantes en la Bal de Pineta. Y tan tranquilo como el paso del agua en el hermoso valle colgado de La Larri, he vuelto ahora al mundanal ruïdo, no sólo para continuar mi vida, sino también para disfrutar de los encantos veraniegos de Zaragoza, que tanta diferencia entraña.
Y así, como salidos de las profundidades del Embalse de Pineta, los chavales, con sus más y sus menos, que esta noche no acostaré de ninguna manera. Esta noche serán sus padres quienes les acuesten y quienes escuchen sus batallitas en el Campamento, al igual que yo escuchaba diariamente las suyas en el mundanal ruïdo.
Soledad en la habitación, más grande que la tienda de campaña, pero mucho más vacía. Eso sí, encendimos la máquina del tiempo... libre.
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Fede -
Agroman -