Acabar un Campamento
Aún no ha empezado el Campamento 2006 de JuveLino, pero sólo faltan cinco escasos días para plantarnos allí con las tiendas, los chavales, las mochilas y las ilusiones. Empezar un Campamento es casi ya como acabarlo, no sólo por lo rápido que se pasa, sino también porque empezar un Campamento es el final de un largo proceso de preparación, programación, movilización de la infraestructura y también de concienciación. El primer día del Campamento es el último día de todo el trabajo que conlleva, porque una vez metidos en la dinámica campamental, las cosas salen solas, sobre ruedas,... Cada uno sabe lo que tiene que hacer, con quién, por qué y para qué. Eso si se ha hecho bien el trabajo, pero la experiencia cada vez nos dota de mayor autonomía.
Recuerdo el año pasado como un año extraño en la preparación. Extraño porque una semana y media antes no se vislumbraba mucho (este año se ha empezado a vislumbrar a un mes de distancia). Recuerdo que los que más horas metimos tuvimos que animar y motivar muchísimo a quienes metían menos para que echaran hombros, con un mensaje en plan tod@s somos necesari@s no sé hasta qué punto caló. Por entonces, quizá empezar un campamento era empezar un campamento. Pero tengo la sensación de que este año empezar un campamento es ya acabarlo. Y no lo digo porque vea que las cosas se han hecho mal, sino porque tenemos 12 días para ponerle la puntilla de oro al asunto. No los desperdiciemos.
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jaime -