El día da mucho de sí
Hoy he vuelto a enviar el código a Público por lo de los vuelos gratis. Y no me ha tocado. Me retracto, no tocan todos. Y así pensando, me ha dado por pensar que ahora que Uesca tiene aeropuerto, las cosas irán, no sobre ruedas, sino sobre alas. Sobre todo por el tema de Gran Scala, que aún todavía no sé lo qué es. Si el complejo completo, el parque de atracciones, o el nombre de la nueva ciudad monegrina, cual Ontinar del Salz del siglo XXI, pero en Monegrillo. Lo que sí que ya tengo un poco más claro es lo que es el Spyland. Un parque temático de espías, que hay que ser freaks. Al norte espías y al sur dinosaurios. Menudo cóctel. Ideal para Chusé Ánchel, a la vez espía y dinosaurio. Lo mejor de todo es que ambas cosas vienen de su cabeza pensante.
El cóctel que sí que me dio por pensar ayer fue el que el PAR (para la Frikipedia, Partido Aragonés de Recalificaciones) se va a montar con todo este embrollo. Porque si las competencias del juego las desarrolla un departamento del pe á erre, entonces me salen las cuentas de por qué un parque de estas características. Y por qué la cara de alegría de Bibiel. O, al menos, por qué sus mamarrachadas. Que sus preciosas palabras sobre el cambio climático y Gran Scala son aún más graves que las del propio Rajoy y su primo.
En fin, si se empeña, sí: prefiero contribuir al cambio climático con el humo que sale de mi cabeza, pero al menos tendré la conciencia tranquila: yo no he montado un complejo de juego en medio de un desierto con unos campos de golf de por medio. Ni propongo inundar cinco pueblos habitados del Alto Aragón para hacerlo. Es más, me opongo.
Aún nos quedará la posibilidad de coger el puente aéreo a Uesca para consolarnos. O eso, o que nos apliquen los descuentos del AVE. Si Magdalena sigue al mando, claro. Solbes ya ha dicho que sigue. Que tiemble. Larga vida a ZP.
PS: Dover han remakeado sus canciones históricas en versión electrónica. Están todas en su MySpace. El mundo como lo habíamos conocido, ha cambiado.
2 comentarios
Dani -
En fin, siempre nos queda el consuelo de unos a otros, de que muy raros no seremos, pues hay más gente que piensa igual.
Saludos.
Albertico -