Desde el otro lado...
Estamos acostumbrados a este lado, pero no al otro lado. Cuando nos dan la vuelta a las cosas y nos la enseñan al revés, nuestra mente se confunde, parece que perdemos el norte, pero es que para mucha gente, este lado es el otro y el otro lado es este.
Por eso intentamos ser objetivos. Con la geografía fue fácil: norte, sur, este y oeste. Y al este del Moncayo sólo hay sed, como bien decían los Más Birras hace ya tiempos, antes de que Mauricio desaparerciese para siempre en un portal de Casablanca, ciego en su búsqueda de Cass, la chica más guapa de la ciudad.
Volviendo a lo de la sed, desde este lado de Internet, sí que se ve que hay mucha. Hay mucha sed, no sólo literal, sino también espiritual. Hay sed de justicia, sobre todo. De justicia por lo que realmente es necesario para este país que se llama Aaaragón.
Y hay quien anda sordo, mudo y ciego. Hay quien no quiere aceptar la evidencia de la artimética y seguir acrecentando la sed del este del Moncayo, y no sólo eso, sino que tiene que corregir a quienes escuchan, hablan y ven. Lo que hoy hace falta es menos orgullo y asumir las cosas como son. Todos lo hacemos, día a día, por nuestra salud mental. Y fácil, en este caso es, porque al este del Moncayo solo hay sed... y el desierto para correr.
...y maldita sea mi tierra por quererla como si fuera mi mujer...
1 comentario
Alber -
¿Para qué le doy tanto a la olla? Me voy de floggin.