Subversión adulta y apología de la explotación
Estimado Ulises: Todos los viernes acabo la semana con la misma desazón. Agotado, con la cabeza dando vueltas ante tantos y tantos asuntos que tengo que llevar por las exigencias laborales de hoy en día, recuerdo el eco de las palabras que me habían dirigido hordas de profesores. "Cuando acabes la carrera, serás un hombre de provecho, podrás mantenerte por tí mismo y mantener a tu familia, y además, trabajarás en lo que te gusta", me decían día a día. Ante semejante mentira podrida parece que el mundo se ha vuelto del revés. Sí, quizá seamos la generación mejor preparada e informada de nuestra historia, pero lo único que podemos profesar es nuestra realidad: la de los setecientos euros por jornadas de nueve horas (pluriempleados, por supuesto), la de las hipotecas a 50 años con cuotas de 1100 euros mensuales, la de un sistema de protección social que hace años que le saltaron las alarmas. La única apología es la de la explotación. ¿Y somos nosotros los terroristas sociales por intentar buscar una alternativa a nuestra realidad una vez por semana?
1 comentario
chan -
un besillo!