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Rincón Olvidado

Interpenas

Interpenas

No, no estoy en un teclado sin eñes, estoy aquí mismo, en Zaragoza [Ahora mismo me di cuenta de la realidad, debajo de mi casa, mientras subía, potaban dos]. Lo que pasa es que, oír tres veces "eres un enfermo, eres un enfermo, eres un enfermo del cibersexo", con la misma voz y en menos de una hora, es demasiado para mí. Como también lo es que pase un tío con una camiseta que ponga "Busco sexo, y si surge, amistad".

- Yo te puedo dar cualquiera de las dos cosas.

Silencio, tira los tejos al primo de Chorchito.

- Lo haces en balde. Bienvenido a heterolandia, es lo que hay.

Se va.  La camiseta, por detrás, lleva el consabido número junto con su nombre: "PORCULATOR". "Mierda".

Un par de veces más de radar, caras y más caras, silencio absoluto aunque la música esté alta y suene cualquier milonga de los Village People, Las Supremas de Móstoles o incluso Massiel. ¡Y qué me dicen de Gloria Gaynor cantando la Magallonera (polida Magallonera)!. Nada mejor en el mundo, por supuesto.

Salgo de Interpeñas, con el radar en standby, no vaya a ser que me dé por decidir no volver a casa y quedarme un rato más, que tal y como está la cosa, mal. Veo la fila de entrada. Si salgo, evidentemente, ya no tengo remedio. Salgo con dos peñistas que iban a las ferias (Neusika y Don José), para más inri, que entran directamente sin esperar cola por otra puerta... Así me garantizo que me piro, que no vuelvo... Salgo del ferial con unas patatas en la mano. Es lo que tiene estar cerca, medio camino comiendo y el otro medio fumando un cigarrillo. Me encuentro con Irene. Saludos y un par de risas. La cuesta se hace menos cuesta.

Y, enfermo o no del cibersexo, llego a casa. Dejo el cachirulo sobre la cama y me siento a escribir... Si esto son pilares, yo soy inocente de todos mis pecados... Menuda primera noche. El año que viene habrá que convenir que la noche del viernes no son pilares, por eso de no ensombrecer el intachable expediente fiestero-pilarista. Mañana pregón, con Amaral.

1 comentario

Diego -

Las fiestas no dependen, ni del Ayuntamiento, ni las fechas, unicamente dependen del choque de cada personas entre sus expectativas y la realidad.

Para quien cumple las expectativas que tenia, se convierten en las mejores fiestas de las vividas hasta ese momento, para quien no el parecen las peores, y seimpre queda el echarle al culpa a Belloch o su secuaz para estos asuntos, la Borraz.

¡FELICES FIESTAS DEL PILAR!