Hagan política juvenil
Estoy harto de ver tanto paternalismo en los despachos municipales de Juventud. Cuando nos reunimos hace unos meses con la Concejala de Acción Social y del Mayor, Isabel López, para presentarle el proyecto de la sexta edición de la Feria de Asociacionismo Joven, salí de aquel despacho con la misma sensación que tenía cuando salía de los despachos de mis profesores de la ESO. De no haber sido porque detrás del “trabajo” que le presentamos a la concejala estaba el trabajo de más de medio año de un grupo de técnicos y jóvenes comprometidos con la realidad juvenil, me habría llevado exactamente la misma sensación que tenía cuando copiaba los trabajos del Rincón del Vago.
Lo peor de todo es que detrás de este sentimiento no me dolía que me hubiesen “suspendido” un trabajo porque no era interesante políticamente, sino porque se estaba despreciando a la juventud entera. Ésta es una época en la que el Ayuntamiento se ufana por esconder realidades como el botellón de los Sitios, en la que se nos va a impedir utilizar la calle (nuestra calle) como lo veníamos haciendo hasta ahora para nuestro desarrollo y relación gracias a la ordenanza cívica (más bien incívica) y en la que nuestro ocio pasa por pagar más dinero que el que podemos ganar en tres días para ver actuaciones al lado del Ebro, donde siempre hemos ido a ir a pasear en nuestras bicis, sin polvo, ni asfalto ni hormigón.
En esta época de crecimiento urbano, de desarrollo económico y de sostenibilidad medioambiental, parece que a nuestro Ayuntamiento no le interesamos los jóvenes. No nos permiten participar activamente en la configuración de esta ciudad y no nos ofrecen alternativas reales a nuestro ocio ni soluciones verdaderas a los problemas que nos afectan más directamente, como la precaridad laboral o la dificultad de acceso a la vivienda. Nos quieren alienados, disfrazados de Fluvi, consumiendo el ocio que es su ocio y no el nuestro, impidiéndonos ser lo que somos: jóvenes.
Para ellos, el problema del botellón se soluciona con policía; la falta de responsabilidad, impidiendo la participación cívica; la falta de recursos de ocio, implementando programas más participados por los periodistas que van a cubrirlos que por los propios jóvenes, y así un largo etcétera.
Pero se olvidan que los jóvenes no somos así aunque ellos lo quieran. Todavía hablamos, todavía nos organizamos, todavía creemos que podemos cambiar el mundo. Que para eso somos jóvenes. Y el día que nos cansemos y pongamos el grito en el cielo, se lamentarán.
Señores del Ayuntamiento... ¡hagan política juvenil! Es mucho más barata que la Expo.
Post #368
2 comentarios
elBetoCo! -
Inzivilizado -
Está claro, los jóvenes votan a partir de 18 años, es decir, todos aquellos menores no son votos.
Aquí todo funciona con votos, y hasta que no seamos viejos no van a escuchar nuestras plegarias.
Igual no es tan descabellada la idea de IU de que se pueda votar a los 16 años, sólo para que los jóvenes tengamos más peso en el voto.