Huelga de Tuzsa (otra vez)
Esta ciudad, empezando por su alcalde, necesita comprender que la mejora de las condiciones laborales de los conductores de autobús repercute en la calidad del servicio. Sobre todo en esos días en los que uno, que sale de trabajar, entiende una huelga como la de hoy, mientras que el resto de los usuarios del autobús, empezando por esos que suben gratis (habría que instaurar un copago, aunque fuesen 10 céntimos simbólicos para los pensionistas) y ponen el grito en el cielo. Y es que se creen con más derechos que los pobres curritos que tardamos una hora en llegar a casa por la espera de la parada, cuando generalmente nos cuesta veinte minutos.
Lo más estúpido que he escuchado hasta ahora, en relación a la huelga de autobuses fueron las palabras de Su Excelencia el alcalde "socialista" el otro día, en las que dijo que la huelga de Tuzsa sólo pretendía fastidiar al ciudadano porque se hacía en los días de las compras navideñas. ¡No te jode! Pretenderá el Señor Alcalde que los conductores paren un domingo cualquiera, entre las 3 y las 5 de la tarde para hacer valer sus derechos.
Como buen ministro de justicia e interior que el señor Belloch fue en su día, debería saber que la huelga es un derecho de todo trabajador según la legislación del Estado y que tiene por objetivo presionar a la empresa para que los trabajadores tengan mejores condiciones laborales. El Hay Untamiento, en lugar de colocarse al lado de la empresa gestora, debería comprender que la mejora de las condiciones de los trabajadores repercute en una mejora de la calidad del servicio: a conductores más contentos, conductores más profesionales. Es una ecuación que entiendo básica.
Decretar unos servicios mínimos del 66% sólo mosquea al personal. Lo digo porque queda muy bonito el titular, pero los conductores lo que se dice estúpidos no son, y si hace falta, ponen dos autobuses seguidos con una frecuencia de 40 minutos entre los dos anteriores. Es lo que ha pasado hoy. Y muy en su derecho están de hacerlo. Por lo tanto, el responsable del mal funcionamiento de esta tarde de la flota de autobuses de Zaragoza no son los trabajadores que buscan, en pleno derecho, unas mejores condiciones laborales y, concretamente que las vacaciones estén aseguradas y trabajar durante el verano en la Expo sea voluntario, sino la empresa gestora del servicio por buscar su propio beneficio y no el social y, sobre todo, el Hay Untamiento por alinearse con los intereses de la empresa y con su titular de mañana en el Heraldo de Oregón.
El mejor camino que puede emprender el servicio de transportes en esta ciudad, y no me cansaré de decirlo, es su municipalización. Sólo de esta manera, haciendo realmente responsabilidad pública del transporte, también en su gestión, se puede garantizar un servicio de calidad con unas condiciones de calidad para los trabajadores. Manteniendo un intermediario sólo se crean nuevos intereses innecesarios que no hacen sino perjudicar al servicio, pero sobretodo, a los trabajadores y a los usuarios del transporte público, perjudicados por una sociedad anónima que sólo quiere sacar beneficio.
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