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Rincón Olvidado

¿Qué ha sido de tí, mi Chunta?

¿Qué ha sido de tí, mi Chunta?

Hoy he estado con viejos amigos de la Chunta, amigos de cuando yo militaba, y amigos de hoy, de cuando ya no milito. A mi no me echaron, me fui, y aunque me gané bastantes enemigos con esto de la política, también me gané bastantes amigos, de esos que cuando nos vemos nos comprendemos, de los que nos conocemos las ganas de mejorar nuestra sociedad, nuestro barrio, nuestro entorno más cercano; de los que nos hemos creído alguna vez esto de la política como un instrumento del cambio social y no un instrumento para el crecimiento personal.

Cuando me fui del partido vi necesario explicar el por qué de mi marcha, motivarla, que la gente supiera por qué rompía el carnet. Estaba harto de aguantar tonterías de unas juventudes ilegales, estaba harto de ver cómo en el Hay Untamiento la mayoría de los concejales trabajaban para los intereses del partido y no para los intereses de la sociedad; estaba harto de ver cómo sólo unos cuantos idiotas nos creíamos un proyecto político que nos vendían como banderas de humo, mientras que las mismas personas que habían convertido el partido en una tienda de ideales ni siquiera se lo creían. Estaba harto también de que las personas que teníamos ideas propias las tuviésemos coartadas, en bien del "sacrosanto proyecto", que no era otro que el de sus sillones, el de sus intereses personales.

El sábado aprobaron las listas para las próximas elecciones y las cosas han quedado claras. Ya se sabe de quién era ese proyecto. No era un proyecto de todos, era un proyecto de unos pocos maquillado con unos matices de utopía y de liberad, con unos matices de un Aragón libre, de un Aragón socialista, en el que los idiotas que nos lo creíamos sobrábamos; un proyecto mediático, publicitario, realmente lejano de la realidad, lejano de los movimientos sociales, lejano de las asociaciones, lejano del cambio y de la política como instrumento al servicio de la ciudadanía.

Hoy, como decía al principio, he estado con ex-compañeros de militancia, intercambiando impresiones, viendo resultados internos de una legislatura. Y ciertamente, es que cada vez me siento más orgulloso de mi decisión de marchar, más asqueado de esto de la política y más centrado en que el cambio social no está en unas instituciones y en un sistema en el que los partidos políticos eran un instrumento, o al menos, los pocos que quedaban sin pervertir.

Hoy, los partidos no pervertidos lo están ya, son perversas maquinarias que reproducen el sistema, que convierten a la clase política en una oligarquía en la que las ideas quedan en un segundo plano, en el que las cosas funcionan por sillón y no por proyectos, ni mucho menos, por ideas.

Hoy puedo decir que mi voto, el 27 de mayo de 2007, será el no votar.

1 comentario

wajillas -

Hola alberto. Comentario BUENISIMO!!!, cuanta razon tienes, y cuanto cambia la gente con el poder (partidos), saludos