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Rincón Olvidado

Ander-Egg y las librerías de viejo

Ander-Egg y las librerías de viejo

Entrar a una librería de viejo y oler el olor rancio de los libros no tiene precio. Bucear por entre los títulos, tampoco. A veces se encuentran títulos imprescindibles, viejas reliquias de esas que te pone los pelos de punta que se vendan por tres euros, libros descatalogados que a lo mejor contienen los planteamientos más interesantes de esa materia que tanto te gusta...

Es lo que me ha pasado hoy a mí, al lado de la universidad, paseando con Irene en busca de alguno de esos tomos amarillentos encuadernados con las tapas casi devoradas por el tiempo. "El trabajo social como acción liberadora", de Ezequiel Ander-Egg, gran teórico del trabajo social, ha sido el libro que me he quedado en mi haber tras meter las narices en la sección de sociología de una de estas librerías de viejo que todavía quedan por Zaragoh!za. Editado en Madrid, 1977; en plena transición, cuando la profesión estaba recibiendo las influencias más reformadoras desde Latinoamérica, ese continente que siempre ha estado en la vanguardía de todas las ciencias sociales y de su conversión en instrumentos de aplicación para la liberación del hombre.

"La ideología fue durante mucho tiempo la gran desconocida del Servicio Social (también lo fue en el conjunto de las Ciencias Sociales), y este hecho permitió que una ideología dominara sin perturbaciones y de manera omnipresente, la casi totalidad del quehacer profesional. En efecto, el Servicio Social nació influido por una ideología liberal, pero no fue consciente de ello". Esta frase, de total vigencia en el año 2006, se me va a quedar grabada en el mismo día en el que he recogido finalmente un papel que certifica que he terminado la Diplomatura. Y esta frase va a ser hoy, sin duda alguna, la que me va a definir trabajo social. El trabajo social, ciertamente, no es aséptico, es más bien un compromiso con el pueblo y por el pueblo, con los últimos, con los oprimidos. El trabajo social debe liberar, no atar, no crear relaciones de dependencia, no incapacitar con ayudas estúpidas al ciudadano. El trabajo social debe construir ciudadanía y también hacerle libre para organizarse por sí misma.

Para ello, Ander-Egg propone que todos los planes de estudios de trabajo social deben incluír:

  • Comprensión de la realidad social en la que se actúa: formación en ciencias sociales, política, metodológica, ideológica y filosófica. Señores, esto no se puede hacer desde un despacho. Hay que hacerlo en la calle, conociendo y viviendo esa misma realidad.
  • Capacitación en el conocimiento del quehacer profesional: conocer el origen y el desarrollo hoy del trabajo social. ¿Cuántos trabajadores sociales que nos han enseñado un montón de cosas hacen despacho y no calle? ¿Qué aprendemos de trabajo social en nuestras prácticas y qué de rellenar documentos porque sí y hacer fotocopias?
  • Adquisición del instrumental metodológico y técnico que posibilite la práctica profesional propia del trabajo social. Hay que reconocer que en esto no hay ningún problema, pues la carrera sólo se dedica a ello.
  • Fomentar la participación en el proceso de transformación de la sociedad: realizar experiencias varias y actuando en las luchas políticas del pueblo, motivando al alumno en la creación de una nueva sociedad y un nuevo hombre. ¿Dónde está esto en la carrera?
  • Fomentar la personalidad de los alumnos. Más bien muchos profesores se preocupan por llevarles a su terreno y no por dejar forjar sus propios planteamientos, sobre todo con la materia que se imparte. No hay caminos para la innovación de planteamientos ni para la reforma de algunos principios profesionales.

Lo extraigo de un libro de 1977... No me extraña que estuviese en una librería de viejo, por quinien, guardando polvo y con las páginas amarillentas...

1 comentario

Diego -

La verdad es que si en vez de tantas historias raras en las Escuelas de Estudios Sociales se tuviera en cuenta y como base las ideas de Ander-Egg y algún otro, quizas el Trabajo Social seria más Social, y realmente promoveria el cambio social.

Salgan todos de sus despachos y pisen la calle, dejen de ser Educadores de Avenida y lo más importante, sin la participación de la propia comunidad, jamas se cambiara nada.