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Rincón Olvidado

Víctimas de un pantano de papel

Víctimas de un pantano de papel

Cuando lo vi por primera vez, apenas tendría 10 ó 12 años. Se me cayó el mundo abajo. Ver Chanobas dinamitado me asombró tanto que aquella experiencia quizá me marcase para toda la vida. No comprendía cómo era posible que aquel pueblo de casas de piedra, que alguna vez mantendría la vida, hubiese sido expoliado de aquella manera para construir un embalse que nunca ha sido tal y que fue desestimado definitivamente por el Ministerio de Medio Ambiente el año pasado.

Pocos años después de conocer la realidad de Chanobas, en una marcha campamental por el monte, nuestros huesos recayeron en Campodarbe, donde los Garcés-Castillo, ante la amenaza de tormenta que nos impedía dormir al raso, nos permitieron hacer noche en parte de su casa, donde instalamos nuestro particular hogar con los sacos de dormir. Más tarde, supe que aquellas personas tan hospitalarias eran las que fueron expulsados de Chanobas. Tenía guasa la cosa: los que fueron echados de su casa nos la abrían ahora de par en par.

Con 17 años, cuando las primeras noticias judiciales acerca de la desestimación del embalse saltaron a los medios, escribí una carta de apoyo a los Garcés-Castillo, quizá motivado por ambas experiencias. Y respondieron de una forma muy amistosa y sentimental. Creo recordar que soñaban con que sus nietos jugasen en Chanobas. Hoy están más cerca: Narbona dijo ayer en el Senado que el año que viene los terrenos serán revertidos a sus legítimos propietarios. ¡Ya era hora!

Narbona también puso a Boné entre la espada y la pared el mes pasado, ratificando la negativa del Gobierno español a la iniciativa pantanera destructora de Biscarrués.

Un libro que recomiendo para el amargo recuerdo, para no olvidar la realidad y nunca jamás perdonar a los culpables y ser conscientes del genocidio gubernamental que constituyen las iniciativas pantaneras es "Jánovas, víctimas de un pantano de papel", de Marisancho Menjón, publicado en la colección "Biblioteca Aragonesa de Cultura", patrocinada por la Institución Fernando el Católico, el Instituto de Estudios Altoaragoneses, el Gobierno de Aragón y el Instituto de Estudios Turolenses, y con el curioso apoyo económico de esa caja de ahorros que tanto nos gusta y que es propietaria del 50% de la destrucción del Pirineo. El libro está agotado, aunque se puede conseguir en algunas bibliotecas.

"Quien me iba a decir a mi
que soñaba con el mar
que en un maldito pantano, ay, ay, ay,
mi casa iba a naufragar"

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